jueves, 23 de octubre de 2008

Imaginen el siguiente relato:
Había una vez un sujeto que tomaba clases de (por decir una materia cualquiera en un horario cualquiera en una universidad cualquiera) bacteriología de 8:30 a 10:00 de la mañana en la facultad de química de la unam. Un día mientras el profesor daba clases sobre la bacteria que ocasiona la gangrena y como es que ejerce su efecto y cosas así, llegó una señora y se paró en una de las 2 puertas del salón. El profesor del sujeto en cuestión detuvo momentaneamente su clase y le preguntó a la señora "¿Qué se le ofrece?", a lo que la señora le contestó (Con la voz entrecortada) "¿Si me permite pedir una ayuda?". El profesor le respondió con calma y tranquilidad a la señora que en ese momento estában ocupados, pero que regresara unos minutos antes de las 10 de la mañana, para no interrumpir la clase que les estaba dando a los jovenes.
El semblante de pesadez de la señora cambió drasticamente, de sus ojos saltaron unas como llamas, pero a pesar de eso, el profesor siguió dando clases.

Profesor: Entonces, como les decía, es necesario para que Clostridium perfringens libere su toxina en la herida que el potencial de oxido-reducción...."

Señora (Con la voz entrecortada, de nuevo, pero casi gritando para hacer que la voz del profesor no se escuchara): Por favor ayudenme con una cooperación, le tienen que hacer una operación a mi hija en el Hospital General, y me hace falta dinero para pagarla, por favor una ayudita.

El profesor guardó silencio, los estudiantes se quedaron con cara de "que pedo con la señora". La señora dió un vistazo por todo el salón para ver si alguien metía sus manos en las bolsas para sacar una moneda. Los jovenes siguieron apuntando algunas cosas que estaban en el pizarrón. El rostro de la señora cambió drasticamente, y mientras se dirigía a la puerta por donde había entrado dijo -¡¡Ojalá algún día se enfermen y se mueran!!-, y azotó primero la puerta por donde entró, y luego la otra puerta del salón. A los pocos minutos se escuchó que se azotaba otra puerta del mismo pasillo.

EPÍLOGO<------
Habían pasado apenas unos minutos desde que la señora se había retirado, el profesor había vuelto a empezar a hablar sobre la bacteria cuando:

Señora (desde fuera del salón, con voz realmente furiosa): ¡¡¡¡Vayanse a la verga!!!!

Todos dentro del salón (incluido el profesor) estallaron en carcajadas.
FIN

2 comentarios:

Jonathan Jiménez dijo...

Ok, segun veo en el relato, te pasó a ti y no fue literal....REALMENTE TE PASÓ A TI!! Pues que mas da, la señora no tuvo porque mandarlos a la verga ni mucho menos decirles esas cosas de morir y que empanadas de atun y tierra.....¿cómo sabre que el dinero que le daba no era para drogarce o "jugar" a la alcancia?. Que culpe a la crisis económica y a su hueva de no conseguir un empleo.

Anónimo dijo...

¡Guat'a foc!
Pinche señora cagada, jajajaja.